La banda sonora de Estado de miedo es bastante sencilla. Como en otros documentales, el recurso sonoro principal es la voz humana en el testimonio, y en esta película también en la narración de los hechos y en la búsqueda de reflexión. La música es casi siempre incidental (colocada en la edición) y cumple el papel de refuerzo dramático a la narración en off.